A escasos 10 minutos en coche de mi casa, tengo la suerte de encontrarme con un auténtico castillo señorial que parece haber sido sacado de cualquier cuento de reyes y princesas.
Se trata de nada más y nada menos que del castillo de Butrón, un edificio de origen medieval ubicado en Gatica (Vizcaya), alzado sobre un monte de poca altura y rodeado por un gran bosque de robes.
La historia de este castillo se remonta al siglo XI, fecha en la que se construyó una torre típicamente medieval sobre la antigua casa de los Butrón, un estilo casa-torre.
Se cree que eligieron ese sitio para crear el castillo probablemente porque el meando hace de foso natural, les protege aproximadamente en 3 cuartas partes del perímetro del castillo. Por detrás el terreno sube, por lo que estratégicamente tampoco es considerado muy buen sitio pero, sobre todo, era un sitio que permitía que se les observase de una manera muy directa, porque el camino pasaba por ahí y el pueblo quedaba impresionado por su grandeza. Es más estrategia desde el punto de vista de control que desde el militar.
Era una casa como las que se pueden observar en algunos otros municipios vizcaínos como la casa-torre de Portugalete (casa torre Salazar) o la casa-torre Martiartu, en Erandio.
En 1480 es cuando la torre primitiva fue transformada en un castillo inexpugnable por el quinto señor de Butrón para dejar clara su posición dominante y como cuestión de prestigio guerrero.
Los Butrón era una de las grandes familias vizcaínas de finales de la edad media, de armas tomar. Su época de apogeo coincidió con las guerras de bandos en las que los nobles peleaban entre sí por la riqueza y el poder. Los grandes señores se agrupaban en 2 grandes bandos, los Gamboinos, y los Oñacinos, los Butrón se convirtieron en la cabeza visible del bando Oñacino.
La historia de este castillo se remonta al siglo XI, fecha en la que se construyó una torre típicamente medieval sobre la antigua casa de los Butrón, un estilo casa-torre.
Se cree que eligieron ese sitio para crear el castillo probablemente porque el meando hace de foso natural, les protege aproximadamente en 3 cuartas partes del perímetro del castillo. Por detrás el terreno sube, por lo que estratégicamente tampoco es considerado muy buen sitio pero, sobre todo, era un sitio que permitía que se les observase de una manera muy directa, porque el camino pasaba por ahí y el pueblo quedaba impresionado por su grandeza. Es más estrategia desde el punto de vista de control que desde el militar.
Era una casa como las que se pueden observar en algunos otros municipios vizcaínos como la casa-torre de Portugalete (casa torre Salazar) o la casa-torre Martiartu, en Erandio.
En 1480 es cuando la torre primitiva fue transformada en un castillo inexpugnable por el quinto señor de Butrón para dejar clara su posición dominante y como cuestión de prestigio guerrero.
Los Butrón era una de las grandes familias vizcaínas de finales de la edad media, de armas tomar. Su época de apogeo coincidió con las guerras de bandos en las que los nobles peleaban entre sí por la riqueza y el poder. Los grandes señores se agrupaban en 2 grandes bandos, los Gamboinos, y los Oñacinos, los Butrón se convirtieron en la cabeza visible del bando Oñacino.
Los Butrón tenían mala fama, como bien refleja un antiguo refrán que dice "en tregua con los Butrón, no te quites el origón". El origón se trataba de una cota de malla de mangas cortas, con lo que querían reflejar que, aún estando en paz con ellos, debías ir protegido porque te la iban van a clavar.
El escudo que podemos encontrar a escasos metros del castillo está formado por una cruz en la que aparecen unos perros. Hay quien dice que simbolizan que los Butrón decían que descendían de los Haro, los señores de Vizcaya, por lo que serían lobos. En las cuatro esquinas podemos encontrar los butrones, nasas para pescar. Esto llevó a pensar que podían haber sido pescadores, pero es una idea demasiado apacible que contrasta con su posterior historial guerrero.
El escudo que podemos encontrar a escasos metros del castillo está formado por una cruz en la que aparecen unos perros. Hay quien dice que simbolizan que los Butrón decían que descendían de los Haro, los señores de Vizcaya, por lo que serían lobos. En las cuatro esquinas podemos encontrar los butrones, nasas para pescar. Esto llevó a pensar que podían haber sido pescadores, pero es una idea demasiado apacible que contrasta con su posterior historial guerrero.
Estos enfrentamientos que tuvieron como protagonistas a los diferentes linajes de la nobleza rural vasca cesaron solo con la imposición de la autoridad real de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, los Reyes Católicos, que pusieron orden en la zona y que convirtieron estas construcciones en las residencias habituales de los nobles.
A mediados del siglo XVI, los Butrón abandonan Gatika y se instalan en la corte y, mientras la familia fue ascendiendo y acumulando títulos, su castillo se fue deteriorando hasta que, a mediados del siglo XIX, prácticamente se había convertido en un edificio sin importancia, y es precisamente en el siglo XIX cuando aparecen los primeros testimonios gráficos de cómo era el castillo. Podemos ver en la fotografía el castillo en el año 1876, antes de su reconstrucción .
Lo único que quedaban era una torre y los cimientos de un muralla. Al rededor se construyeron unos caseríos y un pajar.
Lo único que quedaban era una torre y los cimientos de un muralla. Al rededor se construyeron unos caseríos y un pajar.
En 1876 El Marqués de Torrecilla, don Narciso de Salabert y Pinedo, último prioritario de las ruinas de Butrón, con las rentas que le producían los caseríos que poseía en Bizkaia, mandó reconstruir el castillo (con un estilo exótico, similar a los que en Baviera levantó el romántico y desgraciado rey Luis de Baviera).
Narciso es una de las grandes figuras de la política madrileña, fue senador, referente en la época y una persona con una posición económica privilegiada.
La idea de Salavert era construirse una residencia estival que fuera la expresión privilegiada en lo político y en lo económico.
Narciso es una de las grandes figuras de la política madrileña, fue senador, referente en la época y una persona con una posición económica privilegiada.
Para ello, contrató al arquitecto más considerado de la época, Don Francisco de Cubas y Gonzalez-Montes, que junto con Gaudí, era el mayor representante de la arquitectura neogótica española. El maestro de obras fue don Nicomedes de Eguiluz y de la decoración escultórica se encargó don Adolfo de Areizaga.
Fue una lenta reconstrucción, limitada a los requeridos ingresos de las rentas, que finalizó a principios del siglo XX. Después, el castillo pasó a los Duques de Medianacelli y luego a la Duquesa de Cardona.
Francisco de Cubas solo respetó la base de las murallas, y sobre estas levantó un castillo de nueva planta de estilo neogótico inspirado de las fortalezas castellanas y los castillos románticos centro europeos. Se conserva una parte del castillo viejo, se ve donde cambia la piedra. Y al rededor del castillo también se ve cómo va cambiando y lo que se conserva.
Lo que más destaca del castillo es su torre del homenaje. Se trata de una copia de la torre del homenaje del Alcazar de Segovia.
La obra fue de gran envergadura y duró casi 20 años. Se terminó de construir en 1898 y el Marqués Don Narciso de Salaber y Pinedo, marques de Torrecilla, murmurio antes de ver la obra terminada y no pudo disfrutar del castillo donde se habían materializado la visión idílica del pasado de sus ancestros. Hay que decir que realmente la familia de butrón nunca habitó el castillo que hoy conocemos.
El grosor del muro es de 4,7 metros. Son claramente murallas desproporcionadas, ya que en esa época no había nada que pudiese destruirlas, por lo que se construían tan anchas con el único propósito de impresionar.
Dentro de la arquitectura romantica del siglo XIX los trabajos de jardinería paisajista tuvieron gran importancia. Aquí se plantaron hasta 500 arboles de especies exóticas que forman el parque de Butrón. Tiene, nada más y nada menos que una superficie total superior a los 2,4000 metros cuadrados y está situado en un parque con más de 35.000
La obra fue de gran envergadura y duró casi 20 años. Se terminó de construir en 1898 y el Marqués Don Narciso de Salaber y Pinedo, marques de Torrecilla, murmurio antes de ver la obra terminada y no pudo disfrutar del castillo donde se habían materializado la visión idílica del pasado de sus ancestros. Hay que decir que realmente la familia de butrón nunca habitó el castillo que hoy conocemos.
El grosor del muro es de 4,7 metros. Son claramente murallas desproporcionadas, ya que en esa época no había nada que pudiese destruirlas, por lo que se construían tan anchas con el único propósito de impresionar.
Dentro de la arquitectura romantica del siglo XIX los trabajos de jardinería paisajista tuvieron gran importancia. Aquí se plantaron hasta 500 arboles de especies exóticas que forman el parque de Butrón. Tiene, nada más y nada menos que una superficie total superior a los 2,4000 metros cuadrados y está situado en un parque con más de 35.000
Desde que los marqueses lo dejaron, el castillo ha pasado por distintos propietarios, como la Diputación de Vizcaya y Estudios Arriaga, que hizo algunas reformas, entre ellas un museo para recrear el mundo medieval de los Butrón y dejó las instalaciones para recrear el mundo medieval con el fin de hacer del castillo de Butrón un sitio atractivo para las visitas.
Así, podía ser visitado y en su interior se representaba un espectáculo, que incluía una sesión de vídeo que repasaba la historia del castillo. También se organizaban cenas medievales y ceremonias de boda, además de actos oficiales.
Así, podía ser visitado y en su interior se representaba un espectáculo, que incluía una sesión de vídeo que repasaba la historia del castillo. También se organizaban cenas medievales y ceremonias de boda, además de actos oficiales.
Aunque no resulte muy habitable por sus estrecheces, contiene varios salones, una recepción de invitados, la antigua capilla, el salón de la chimenea, un gran salón diáfano de 200 metros cuadrados, el patio de armas, el almacén de víveres, un pozo de agua natural, una biblioteca, dos baños y una mazmorra. Las diferentes habitaciones están decoradas de forma exquisita y cuentan con mobiliario, iluminación, cocina, calefacción, bodega y un aparcamiento exterior.
Aunque actualmente se encuentra cerrado a las visitas, hay algunas fotografías que ilustran su estado interior. Hoy en día el propietario del castillo es el grupo empresarial e inmobiliario INVISA, que lo adquirió en el año 2005 por 1.600.000 euros.
Aunque actualmente se encuentra cerrado a las visitas, hay algunas fotografías que ilustran su estado interior. Hoy en día el propietario del castillo es el grupo empresarial e inmobiliario INVISA, que lo adquirió en el año 2005 por 1.600.000 euros.
Recientemente INVISA lo ha sacado a subasta por un precio inicial de 5 millones y medio de euros. A pesar del interés general que presentó al principio la oferta por varios compradores extranjeros, la subasta se cerró sin ninguna oferta.
El castillo de Butron se trata, por tanto, de uno de los mejores ejemplos de arquitectura neogótica, neomedieval, no solo del País Vasco, o incluso de Europa, o del mundo.
Es un edificio que constituye un magnífico monumento del romanticismo, que fantasea con la evocación medieval, además de estar protegido por el patrimonio histórico español. Sin dudarlo, uno de los sitios de visita obligada si se acude a Vizcaya
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