Coderch - Viviendas La Marina en La Barceloneta

Siguiendo la asignatura de Proyectos en la que he tenido que investigar a cerca de una vivienda del siglo XX, he querido redactar un pequeño resumen de la misma. Sin embargo, esta vez intentaré dejar más de lado las cuestiones técnicas a las que haré una pequeña mención e intentaré centrarme más en su historia y contexto, el ambiente en la que se construyó, posibles influencias y las novedades que su arquitecto quiso aportar al mundo del diseño.

José Antonio Coderch nació en Barcelona en 1913. Estudió arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Aunque durante su carrera trabajó con arquitectos de la firma de Pedro Muguruza, Secundio Zuaza o Manuel Valls, consiguó su mayor aprendizaje en el momento que Gio Ponti lo seleccionó para realizar el pabellón de la IX Trienal de Milán de 1951. Para sorpresa de muchos, su pabellón consiguió el Premio de Oro, acto que llevó a Coderch a establecer un rápida conexión con Italia.

Artistas como Gardella, Rogers, Scarpa, Albini y Samoná tuvieron gran importancia en la forma de entender el movimiento moderno en Italia y fueron a su vez de gran influencia para los arquitectos españoles como Coderch. En el caso de esta vivienda, podemos tomar de referencia a Ignazio Gardella y su edificio Borsalino en Alessandria (1949) del que Coderch toma elementos como la contraventana. Del mismo modo, también es notable la influencia de Gio Ponti con el Hotel en Capri en la realización del proyecto de Coderch en una urbanización en Les Forques. Por lo tanto, podemos decir que el arquitecto bebió de varias fuentes italianas, siendo estas fuente de inspiración y una manera nueva de entender la arquitectura.

Estas viviendas están ubicadas en el Barrio pesquero de La Barceloneta (Barcelona). Consta de un edificio de viviendas de carácter social para el ISM (Instituto Social de La Marina) y fue construida ente 1952 y 1954 por el arquitecto barcelonés.
Se trata de un solar de 158 m2 que se componen por un semisótano, una planta baja, 6 plantas de viviendas tipo y un ático.
En esta vivienda podemos ver una sobresaliente forma a la hora de disponer los espacios. Los interiores juegan un papel fundamental en este proyecto tanto por su composición novedosa como por el hecho de que Coderch parece haber encontrado la clave de su éxito personal "con la casa de La Barceloneta, después de la casa Ugalde, creo haber encontrado la buena vía en mi profesión...ambas, buenas o malas, son verdaderamente mías.

Como ya he mencionado, lo más destacable es la manera de distribuir los espacios, con una distribución fuera de lo tradicional. Crea una perfecta distribución de los tabiques, lo que le permite crear visiones oblicuas que crean diagonales en el espacio.

Eran unos años en los que se empezó a dar mayor importancia a la ventilación y a la iluminación, hecho que influencia a Coderch a la hora de crear accesos a diferentes terrazas desde las habitaciones y a elevar la primera planta un metro de manera que el semisótano tuviese mejores condiciones. Del mismo modo, tambíen se fijó en las condiciones de habitación mínima. Esto requerían unas medidas apropiadas para realizar funciones mínimas como explicaba Le Corbusier en "La carta de Atenas"; habitar, trabajar, circular y recrearse.

En cuanto alas habitaciones se refiere, este espacio se entendía de manera distinta a la que lo podemos hacer ahora. En la actualizad, pensamos en la habitación como un espacio íntimo en el que poder desarrollar muchas de nuestras tareas diarias, un sitio en el que nos encontramos cómodos y al que tratamos de dar nuestro toque personal. Lo que está claro es que fueron unos años en los que empezaron a dar a esta estancia la importancia que se merecía, hecho que ha permitido que entendamos el concepto de habitación como lo conocemos hoy en día. Los pensamientos de los arquitectos iban cambiando poco a poco. Se contemplaba no solo dar soluciones funcionales a las necesidades de los habitantes de una vivienda, sino que también empezaron a pensar y diseñar nuevas formas y desarrollar tecnologías. Como he mencionado anteriormente, la habitación de La Barceloneta es un claro ejemplo de habitación mínima, con un espacio muy pensado y con medidas apropiadas. 

Si reparamos en el mobiliario, nos daremos cuenta de que se compone de objetos ligeros y de tamaño ajustado, pero sin sacrificar la comodidad. Coderch amuebló el piso él mismo por un lado para calmar las inquietudes de los promotores, ya que estos exigieron una prueba posible de que era posible amueblarlo y habitarlo, y por otro lado para ejemplificar cual sería el modelo más adecuado de amueblamiento. Aún así, la clase obrera de La Barceloneta no llegó a entender bien el mobiliario que posiblemente podía adecuarse más al de una casa vacacional para una burguesía italiana.

En las imágenes podemos ver los armarios diseñados especialmente por el arquitecto para estos siguiesen la forma de la fachada. A la vez, percibimos el "sillón Barceloneta", un go a Federico Correa y Alfonso Milá que seguía de forma estupenda la consonancia con el resto de la vivienda y la estética de la época. Se trataba de un sillón bajo y sin brazos, lo que permitía a su usuario recoger cualquier objeto del suelo con mayor facilidad. También podemos percibir las lamas de madera como punto final de la visión diagonal. Estas ventanas servían tanto para aportar iluminación y privacidad como para concederle expresividad a la fachada.
Coderch definía al obrero no especializado como un ser inculto, muy alejado del artesano del pasado y, de alguna menera, eso lo veía reflejado en los obreros y pescadores de La Marina. Por esa razón quería dar a conocer como sería una vivienda digna que pudiesen habitar.
Finalmente, diríamos aparece una arquitectura en la que aparecen nuevos materiales, entre los que destacan las plaquetas cerámicas color siena, así como también cabe mencionar que es un claro ejemplo de la conexión de los arquitectos de la modernidad española con la arquitectura de la Italia de postguerra. 

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